Los seres humanos buscamos la unión en la pareja, familia, amigos, grupos ideológicos o de trabajo, pueblos o naciones, que culminaría en el ideal de unidad de todos los seres en el planeta. Podríamos afirmar que el impulso de unión, lleva implícito la necesidad de sentir amor por los demás y por la naturaleza a la que inevitablemente pertenecemos y necesitamos para nuestra supervivencia. Amor y compasión son los sentimientos unitivos que emanan de nuestro potencial y constituyen un valor específico de nuestro ser esencial.
Cuando perdemos nuestra capacidad amorosa y nos sentimos solos se oscurece nuestra vida y no encontramos sentido a nuestra existencia. Como decía Rumi: “El amor es la vida y la sensibilidad del universo. La vida sin amor no es más que una concha vacía.”1
Podemos conocer el amor por sus atributos y manifestaciones:
El amor es manifestación de la unidad
El ser humano, para realizarse, necesita fluir con su energía amorosa y concretarla en la unión, en el compartir con los demás. Cuando estamos solos y nos sentimos separados nos percibimos como seres incompletos, con la sensación de que algo nos falta, entonces se hace evidente la necesidad de amor.
El amor es incondicional
Cuando ponemos condiciones o exigimos al otro que sea diferente a como es para satisfacer nuestras expectativas, convertimos el amor en un juego de utilización y manipulación, con lo que generamos todo tipo de emociones negativas, como los celos, la angustia, el miedo o la rabia. El amor condicional es egoísta porque vemos al otro como un objeto que puede satisfacer nuestros deseos.
Cuando el amor es incondicional podemos aceptar a los demás como son y agradecer la oportunidad que la vida nos ofrece de amar y ser amados, más allá de los ideales que albergamos en nuestra mente de cómo deben ser las cosas. El amor incondicional está más cerca de la unidad porque cuando sucede estamos dispuestos a compartir nuestras realidades, sin obstáculos limitantes, viendo, comprendiendo y respetando al otro como es.
El amor es compartir
En nuestras relaciones podemos mostrarnos como somos, con nuestra verdad, y compartir con honestidad nuestra experiencia, nuestra vida y abrirnos a un proyecto común de convivencia
El amor es virtud
El amor puede entenderse como el impulso más elevado de la naturaleza humana hacia el bien y la virtud. Platón decía: “no hay nadie tan vil que el amor no logre impulsarle, como por una inspiración divina, hacia la virtud.”2
Platón nos habla del amor del cuerpo y el amor del alma, el primero conlleva la apreciación de la belleza física, la sensualidad y la sexualidad; el segundo, al que considera superior, nos puede elevar hacia el Bien-en-sí, hacia el gozo de la Bondad y Belleza universal.
El amor es humilde, generoso, paciente, respetuoso, agradecido, honesto, sabe valorar, apoyar, confiar y perdonar.
En la base del amor está la compasión o la caridad. Sto. Tomás de Aquino decía que “Ninguna virtud es verdadera sin la caridad, que es la más grande de todas las virtudes.”3
El amor es entrega
La entrega es darse, mostrar nuestra verdad, lo que nos está pasando en cada momento, con honestidad y transparencia. Lo que normalmente quiere nuestro ego es que sea el otro el que se entregue, que nos ame y que satisfaga nuestras necesidades, pero eso no nos llena si no podemos amar y darnos. Obviamente si amamos y somos amados es cuando nos podemos sentir más completos. En la entrega desaparecemos, nos fundimos con el otro, nuestro egoísmo se desvanece y nos sumergimos en la unidad.
El amor es acción
El amor se refleja más en lo que hacemos que en lo que decimos, En los evangelios se dice: “Por sus frutos los conoceréis”.4 Cuando el amor es genuino hacemos muchas cosas para complacer al otro, para hacerle feliz, le obsequiamos, cuidamos, comprendemos, apoyamos, ayudamos, incluso podemos llegar a sacrificarnos por ellos.
En la historia abundan testimonios de sabios y místicos que sintieron esta unidad, de la que nos hablan las tradiciones espirituales. En nuestra época hemos relegado al olvido o despreciado estas enseñanzas y optamos por vivir sumergidos en la vorágine de egoísmo y ambición de una sociedad patriarcal, materialista, consumista y competitiva.
En la antigua Grecia se contemplaban tres tipos de amor: “Eros”, como amor del cuerpo, que contempla la sensualidad y sexualidad; “Ágape” como amor compasivo o caridad; “Philia” como amor amistad o fraternal, que contempla la valoración, el respeto, el apoyo y la ayuda mutua.6
Platón dice que el amor perfecto es el que se manifiesta en el deseo del bien y la belleza. El alma puede ascender desde el amor a las personas y cosas hacia la belleza absoluta, hacia la contemplación del ideal, de lo eterno.7
Aristóteles añade un cuarto tipo de amor, nos habla del amor a sí mismo como algo natural que constituye una fuente de bienes para uno mismo y para los otros. El amor por uno mismo es muy diferente del amor propio, que es un sentimiento egoísta ya que nos preocupamos sobre todo de nuestro propio beneficio.
Spinoza nos hablaba del amor intelectual de Dios y nos dice que “El que comprende clara y distintamente sus afecciones, ama a Dios, y ello tanto más cuanto mejor se comprende a sí mismo.”9
Erich Fromm contempla tres formas de amor: El amor fraterno, que es expansivo a todos los seres; el amor erótico, más propio de la unión con otra persona, y el amor materno, como el más altruista y generoso: “La forma más elevada de amor y el más sagrado de todos los vínculos emocionales.”10
Teniendo en cuenta las visiones históricas contemplaremos la posibilidad de nuestro corazón de cultivar los siguientes tipos de amor:
Amor Devocional, Amor compasivo, Amor Amistad o fraterno, Amor erótico, Amor a uno mismo.
En la pareja puede realizarse la unión amo- rosa integral en una unión física, psíquica y espiritual. Terminamos recordando las palabras de Fromm:
“El amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad”, y luego añade: “En el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos.”11
BIBLIOGRAFÍA:?1.- Rumi. “Uno magnificente”. Ediciones Mandala 2001.
2.- Platón. El Banquete-Fedón-Fedro. Ediciones Orbis S.S.-1983?3.-
3.- Cruz, Tomás de la. O.C.D. El amor y su fundamento ontológico según Sto.Tomás.
Estudio previo a la Teología de la caridad-1956.?4.-
4.-Nuevo testamento ( Mateo 7-16 ). Ediciones Paulinas.
5.- Lao Tse. “Wen-Tzu”, en versión de Thomas Cleary. Editorial Edaf S.A. 1994,
colección Arca de sabiduría.?
6.- Copleston, Frederick. Historia de la filosofía, vol. I: Grecia y Roma. Ed. Ariel 1.984.?7.-
7.- Ibidem.?8.-
8.-Aristóteles. Ética Nicomáquea-Ética Eudemia. Editorial Gredos 1985.?
9.- Spinoza, Baruch. Ética. Alianza Editorial 1.987.
10.- Erich Fromm. El arte de amar. Ediciones Paidos 1980.
11.- Ibidem.